Comprar una tarjeta gráfica hoy en día puede ser una locura: mil nombres, mil modelos, marketing por todos lados y precios que no siempre tienen sentido. Si te dejas llevar solo por la publicidad, es muy fácil botar la plata en una GPU que no necesitas, o que se queda corta para tu monitor y tus juegos.
En esta guía voy a explicarte, en lenguaje claro, cómo elegir una gráfica paso a paso, pensando en lo que de verdad importa: tu monitor, tus juegos y tu presupuesto.
Regla #1: la gráfica se elige según tu monitor
Antes de hablar de NVIDIA, AMD o lo que sea, hay una pregunta clave:
¿A qué resolución y a cuántos Hz juegas?
- 1080p (Full HD) • 60–75 Hz: no necesitas un monstruo. Una gama media decente te va a sobrar en muchos juegos.
- 1080p • 144–240 Hz: aquí sí tiene sentido una GPU más fuerte si juegas competitivos (Fortnite, Warzone, Valorant, etc.).
- 1440p (2K): el punto dulce actual para calidad + FPS, pero exige bastante más que 1080p.
- 4K: esto ya es territorio de gama alta. Si no tienes un monitor 4K, ni lo pienses.
Muchas veces la gente se compra una GPU cara para jugar a 1080p 60 Hz, cuando con una gama media buena habría tenido resultados similares gastando mucho menos.
Regla #2: define qué tipo de juegos quieres mover
No todos los juegos piden lo mismo. Resumiendo:
- Competitivos ligeros: Valorant, League of Legends, CS2. No son tan pesados; priorizan FPS altos, pero no exigen graficazos.
- AAA modernos: Cyberpunk 2077, Starfield, Horizon, etc. Aquí sí se sufre: mucha carga gráfica, ray tracing, mundos abiertos.
- Indies o juegos retro: la mayoría corre bien casi en cualquier cosa decente.
Si solo juegas competitivos, puedes irte por una GPU gama media bien elegida y centrarte más en un buen monitor de altos Hz. Si quieres jugar AAA modernos con todo en alto o ultra, ahí sí conviene subir el nivel de la tarjeta.
Regla #3: cuidado con la “gama alta barata” de generaciones viejas
Algo muy común es ver ofertas de GPUs antiguas que en su momento eran “gama alta”, pero que hoy:
- Consumen mucha energía.
- Se calientan más.
- Rinden parecido a una gama media nueva, pero sin tecnologías modernas (decoders de video, DLSS/FSR nuevos, etc.).
No digo que sean malas, pero si estás comprando nuevo en tienda, muchas veces es mejor una gama media actual que una “ex gama alta” vieja con precio inflado.
Regla #4: piensa en el equilibrio con tu CPU y tu fuente
De nada sirve ponerle una GPU muy bruta a un procesador que se queda corto. Tampoco sirve si tu fuente de poder es genérica o no da los watts reales que la GPU pide.
- Verifica siempre el consumo recomendado de la GPU (TDP + PSU recomendada).
- Asegúrate de tener una fuente 80 Plus de marca decente, con los conectores PCIe necesarios.
- Si tu CPU es muy viejo, es posible que tengas cuello de botella en ciertos juegos, sobre todo shooters competitivos.
Cómo comparar sin volverte loco
Cuando dudes entre dos modelos, haz esto:
- Busca benchmarks específicos del juego que más te importa (por ejemplo: “Helldivers 2 RTX 4060 vs RX 7700 XT 1080p”).
- Fíjate en el promedio de FPS, pero también en los 1% lows (los bajones). Un promedio alto con bajones feos se siente peor que un promedio más bajo pero estable.
- Compara precio local real en la tienda donde compras tú, no solo precios de USA o de YouTube.
Cuándo vale la pena pagar más
Vale la pena subir de gama si:
- Estás saltando de 1080p a 1440p y quieres mantener buenos FPS.
- Quieres jugar con ray tracing activado en juegos modernos.
- Haces también edición de video, render o IA y necesitas más VRAM y Cuda Cores / Compute Units.
Si solo juegas a 1080p en alto o medio, muchas veces no necesitas lo último de lo último. Es mejor escoger bien la gama media que comprarse la tope de gama para presumir y tenerla subutilizada.
Errores típicos que hacen botar la plata
- Comprar solo por el nombre (“es que dice 80, debe ser mejor que la 70 de antes”).
- Ignorar la VRAM en 2025: para juegos modernos en 1440p, menos de 8 GB se empieza a quedar corto.
- Pagar sobreprecio brutal por una mínima mejora de rendimiento (ejemplo: 10% más FPS por 40% más dinero).
- No revisar las dimensiones físicas de la GPU: luego no cabe en el case.
Guía rápida mental antes de comprar
Antes de sacar la tarjeta, respóndete esto:
- ¿Qué resolución y Hz tiene mi monitor?
- ¿Qué tipo de juegos son mi prioridad?
- ¿Mi fuente de poder soporta esta GPU sin dramas y con margen?
- ¿Mi CPU la acompaña o voy a tener cuello de botella?
- ¿He visto benchmarks de ESTA GPU en ESTE juego a ESTA resolución?
Si respondes todo eso con calma, es muy difícil que termines botando la plata. Te compras algo que se ajusta a tu realidad y no al FOMO de internet.
Conclusión
Elegir tarjeta gráfica no tiene por qué ser un dolor de cabeza. La clave está en entender que no existe “la mejor GPU” en general, sino la mejor para tu monitor, tus juegos y tu bolsillo.
Si te tomas unos minutos para revisar benchmarks reales, ver precios en tu zona y pensar en el equilibrio con tu PC, vas a terminar con una gráfica que rinda bien sin sentir que tiraste el dinero por la ventana.
Más adelante puedo hacer guías más específicas por rango de precio (bajo, medio y alto) con ejemplos concretos de modelos. Pero con este artículo ya tienes la base para no dejarte engañar cuando toque renovar la GPU.

